Comidas de Vaciante. Atajando la discriminación rampante

Cita

Dedicado a Leonardo Tello, director de Radio Ucamara – Nauta,

con todo el aprecio que se tiene a los buenos amigos.

Si entro en un restaurante en Iquitos y veo la carta nunca jamás aparecerá la palabra kuchiri. Si hiciera el ejercicio de pretender un plato de

kuchiri probablemente el mesero me instaría a que repitiera el nombre de mi solicitud. En el mejor de los casos me pediría disculpas y me exhortaría a indicarle los ingredientes que conlleva. Con toda seguridad me miraría despacio y pensaría que le estoy haciendo una broma. Un caballero serio no debe hacer esas bromas con la comida, pensaría. Y ahí está el problema, en que los caballeros serios deciden lo que es comida.

Si hiciera la misma pregunta en algunos lugares de Masusa [puerto fluvial de Iquitos], Belén o Moronacocha, por poner el caso, con toda seguridad me encontraría con personas que sí saben qué clase de comida es el kuchiri, aunque tampoco tendrían para servirme, pero me entenderían. Incluso habría quien se sonriera al escuchar la palabra. Y puede que entablara alguna conversación con alguna persona sobre el mismo.

La comida no solo alimenta el cuerpo, también es fruto de una forma de estar en la vida. Los pueblos tupí poseen una buena adaptación al sistema de várzea [tierras inundables], lo que les ha permitido vivir en este ecosistema. En el mito del diluvio kukama cuando baja el agua de la creciente la gente se encuentra sin comida. El señor que se ha salvado de las aguas se halla solo y sin nada que comer. De repente aparece otro hombre. El primero se queja: “no hay nada que comer”. El visitante le dice que haga un círculo con una flecha y cave dentro porque va a encontrar comida. Efectivamente, cava y se topa con la masa de yuca enterrada.

El enterramiento de la yuca y su transformación posterior son tecnologías adecuadas a este ecosistema. [Ya hemos indicado en otros escritos que este año 2012 apenas hemos visto enterramientos de yuca]. Esta preparación les permite sobrellevar el periodo de vaciante del río hasta que llegue la nueva cosecha.

Existen varios factores que han contribuido a la desvalorización de la masa de yuca. Y es precisamente esta desvalorización lo que está llevando a una mala adecuación a la vaciante. Si la comida es cultural, como lo es, se ha producido una fuerte discriminación hacia comidas indígenas que acarrea un mal enfrentamiento de la necesidad en época de vaciante. La consecuencia es brutal: hambre. Entendámonos bien, habrá abundante pescado en el río y gordo, puesto que han comido los huayos de los árboles en las tahuampas. Sin embargo, no habrá con qué acompañar el pescado, falta el inguiri. Y sin inguiri no hay comida. Es como a los habitantes de la sierra, si falta la papa no es comida. O como si a los campesinos europeos les falta el pan. Pueden tener los alimentos más exquisitos, pero si les falta el inguiri, la papa o el pan, la comida resulta pobre. No se pueden llenar, no se pueden satisfacer.

Llegados a este punto presentaremos brevemente cuatro componentes de comidas típicas de vaciante y dos bebidas. Se trata únicamente de describir muy por encima, someramente. No es preciso en este momento detenernos en lo culinario. A propósito de la cocina queremos hacer una propuesta de largo aliento que nos ayude a enfrentar las crecientes en mucho mejores condiciones y enfrentar el serio problema de la discriminación hacia los pueblos indígenas, en este caso concreto, a través de algunas de sus comidas. Damos por sabida la importancia de la fariña en estos momentos de vaciante y nos vamos a fijar en cuatro componentes menos conocidos.

  1. Kuchiri: masa de yuca desenterrada y asada o cocinada en la olla. Hasta no hace mucho tiempo, 20 años atrás, era habitual que los niños acudieran al colegio con un poco de kuchiri. En tiempos de ausencia de plátano y yuca como complemento de la comida, el kuchiri hace las veces de ello. Aunque termina por cansar comer tanto kuchiri, pero es un alimento que culturalmente está bien admitido, aunque desvalorizado por quienes consideran que ser indígena es algo poco respetable. En ese sentido hay una fuerte presión y discriminación en torno a esta comida, siendo una frontera tangible indígena: quien come kuchiri será un indígena.
  1. Beshú: otra comida típica de estos tiempos de vaciante. También hecho de masa de yuca, pero más fina que la del kuchiri, es duro, y asado. Al finalizar de hacer la fariña con los restos de la masa adheridos a la blandona se le asa para hacer beshú.
  1. M+wa: beshú mezclado con plátano maduro, envuelto en hoja de plátano o bijao y asado. Es como una tortilla asada a la parrilla. Es un dulce. Es un postre. También aparecía en los recreos del colegio con los niños.
  1. Plátano ahumado: plátano maduro o verde ahumado hasta que quede bien deshidratado. Se le coloca en paneros y se guarda para tiempo de vaciante cuando no haya inguiri que comer. Cuando es para comer se le hidrata nuevamente, se le pone en la olla con agua y toma cuerpo de nuevo. La misma operación se puede realizar con la sachapapa. Puede durar dos o tres meses antes de comerlo.

Si deshidratamos el plátano maduro al segundo o tercer mes se comienza a honguear. Para mantenerlo, hay que repetir la operación: se abre el panero, se le coloca en la parrilla, se le humea y de nuevo está bueno para conservar. El día que se desea comerlo hay que hidratarlo de nuevo. Lo descrito en este párrafo es válido para el plátano maduro, el verde no sirve puesto que a partir de los dos meses [dependiendo de la correcta deshidratación] se acartona.

Las siguientes bebidas se pueden tomar todo el año, pero son propias de vaciante:

  1. Pururuka: plátano maduro bien cocinado. Se hace de color rojo. Cuando va fermentando revienta y hace ruido. El nombre en kukama es onomatopéyico. Se puede almacenar durante más de un mes. Es una forma de conservar el plátano. Fuera del tiempo de vaciante lo normal es preparar chapo de maduro fresco. Cuando revientan las aguas del río por la fuerza suena como pururuka. En kukama pururuka significa anegar, inundar, el reventar de las aguas.
  1. Vinillo: es la fermentación del plátano maduro. Chapeas y le tapas para que fermente. De ahí se va sacando los restos del maduro y va quedando puro líquido. Le cuelan bien y se fermenta.

Podemos hacer de nuevo el ejercicio del comienzo. Acudir a un restaurante en Iquitos y solicitar un plato de kuchiri, beshú, m+wa o plátano ahumado para ver la cara del dueño del restaurante. O tomar unos tragos con los amigos en base a pururuka o vinillo. Platos y bebidas típicas que han permitido la supervivencia y dignidad de los pueblos tupí son desvalorados. No se debe apoyar en tiempos de inundación a los pueblos tupí, sin además de llenar el estómago con arroz…, no se valoran sus técnicas culinarias. No hacerlo llevaría el germen de la discriminación, generando una sensación de tener que recibir todo de fuera porque ellos no pueden hacer frente a sus dificultades, y no es cierto. No es cierto. Ayudaría mucho que las autoridades hicieran un gran esfuerzo por valorar las comidas indígenas. Una buena campaña de imagen con estas comidas permitiría trabajar a largo plazo.

Hace unos años uno de los chefs más renombrados, Ferrán Adriá, decía que el próximo boom de la comida mundial provendría de la Amazonía y de China. Una campaña de imagen con Gastón Acurio como protagonista ayudaría en gran medida a rebajar la discriminación y permitiría una valoración culinaria que siente las bases para trabajar a largo plazo, en otras crecientes, generando sinergias internas que aumenten la estimación de los pueblos indígenas. Ahí lanzamos la propuesta, como una botella al río-mar, para paliar el don que hiere.

P. Miguel Angel Cadenas                                         P. Manolo Berjón

Parroquia Santa Rita de Castilla                               Parroquia Santa Rita de Castilla

Río Marañón                                                            Río Marañón

Otro derrame más: Chambira 2012

FECHA:         19 de enero 2012

HORA:           3.00 p.m. aprox.

LUGAR:         Viajando en peque peque unas dos horas y media aproximadamente arriba de la comunidad de San Juan del Chambira, distrito de Urarinas, provincia de Loreto, departamento de Loreto, Perú.

La línea azul es el río Marañón. La línea negra el río Chambira y la línea recta, más clara, el oleoducto.

La línea azul es el río Marañón. La línea negra el río Chambira y la línea recta, más clara, el oleoducto.

A las 2.30 p.m. del 20 de enero de 2012 la comunidad de San Juan del Chambira se siente indefensa. Hace media hora que han bajado una chalupa con unas 30-40 personas de una Compañía petrolera. En palabras de una de sus autoridades, la comunidad no les ha permitido que lleguen hasta el punto de los hechos. En el transcurso de la mañana dos helicópteros han bajado a la comunidad. No les han ofrecido nada, ni agua. La comunidad está indignada. Ha caído “una buena cantidad” (ya se encargarán de precisarnos las autoridades oficiosas que en realidad no ha sido para tanto, vamos que es una exageración, que no ha pasado nada).

Durante toda la noche y lo que va del día el crudo ha bajado por el río Chambira a la altura de la comunidad de San Juan del Chambira. Un poco más abajo de esta comunidad se abre un tipishca donde el agua corre muy poco. A las 3.00 p.m. todavía no había llegado el derrame a la comunidad de Ollanta, boca del río Chambira en el Marañón.

AGUA

No se puede prever un derrame, pero se puede prevenir. En primer lugar una revisión del oleoducto es más que urgente. En segundo lugar, las comunidades no son avisadas, son ellas que tienen que dar la voz de alarma. ¿Dónde está el sistema de vigilancia del oleoducto?

Al no ser avisados no han podido recoger agua. ¿Se atrevería usted a tomar agua manchada con hidrocarburos? Pues lamentablemente la gente del Chambira tiene que tomarla, no hay otra. O esperar que venga la lluvia. A las autoridades, muy preocupadas por estos temas, no se les ocurre que la gente toma agua. Lógicamente las autoridades (no nos referimos a las sufridas autoridades locales) tienen botella de agua mineral en mano, faltaba más, para eso son autoridades.

Ahora saldrán algunos voceros a comunicarnos “la verdad”: “no hay que alarmarse” es muy poco. “Está todo controlado”. “Ha sido un sabotaje” y algunas otras frases de rigor que no significan nada.

¿Habrá agua potable para las personas afectadas en las comunidades?

TENTATIVA DE CRONOLOGIA (por aproximación)

A falta de información oficial es bueno recordar lo que dicen las autoridades de las comunidades del río Marañón. Sin ser exhaustivos, presentamos una tentativa de cronología aproximativa sobre derrames de crudo del último año y medio para indicar la gravedad del problema. Debiera ser el Estado quien diera cuenta de estos sucesos, pero están muy ocupados en que no haya información.

a)     19 junio 2010: puerto Tiwinsa, San José de Saramuro.

b)    Noviembre 2010: pontón 3, San José de Saramuro.

c)     6 diciembre 2010: pontón 3, San José de Saramuro.

d)    16 enero 2011: Terminal de Yanayacu, San José de Saramuro.

e)     Enero 2011: Chambira. Posiblemente un lugar cercano al derrame actual.

f)     2 mayo 2011: pontón 3, San José de Saramuro.

g)     28 diciembre 2011: San José de Saramuro.

h)    19 enero 2012: dos horas y media en peque peque de la comunidad de San Juan del Chambira.

Nota: las fechas son aproximativas puesto que responden al momento en que las autoridades se dieron cuenta del derrame. La experiencia nos dice que han podido pasar varios días desde el suceso hasta su registro.

¿Debe el Estado avisar a sus ciudadanos de los derrames ocurridos? ¿Tiene derecho la opinión pública a saber la verdad sobre el estado del oleoducto? ¿Puede llegar un día que sea más ventajoso para las Compañías petroleras avisar de lo ocurrido que ocultar información? Estas y muchas más preguntas se agolpan en el Marañón. Por de pronto no es posible, pero siempre es confiable en que llegará el día, ¡llegará!

¿Se dará por enterado el Estado? Nos gustaría que dieran una información oficial verídica. Pero la información oficial no la pueden manejar las petroleras, para eso está el Ministerio de Energía y Minas. Ahora nos dirán como el 28 diciembre 2010 que han sido 4 barriles. Las autoridades locales indican que habían recogido crudo durante más de tres días. ¿Habrá información oficial? Un crecimiento económico exige más participación de la gente. Y la participación exige la inclusión. ¿Cuándo dejará la inclusión de ser una palabra bonita en boca de unos pocos?

BUSCAN PLATA

Sí, buscan plata. Urgidos por las múltiples necesidades que les acosan, las autoridades y ciudadanos de la cuenca del Marañón, buscan plata. Esto no tendría nada de malo en sí. Se convierte en su punto débil cuando personas inescrupulosas negocian con Compañías avaras y sin la presencia del Estado.

Nos gustaría concluir con una frase bonita, pero la realidad se impone: ¿Para cuándo el siguiente derrame?

 P. Miguel Angel Cadenas; P. Manolo Berjón

Parroquia Sta. Rita de Castilla

Río Marañón

Nuevo derrame de petróleo en el río Marañón (Amazonía Peruana)

Que los derrames de Petróleo en la Amazonía Peruana no son nada nuevo resulta tan obvio como la necesidad de un sistema permanente de monitoreo que controle las actividades de las empresas petroleres y haga visibles los incidentes que ocurren en estas zonas semivirgenes del continente americano, en las que se dan multitud de actividades económicas amparadas, entre otras, tanto en la inaccesibilidad de los lugares donde operan como en la supuesta invisibilidad de los grupos humanos que las habitan.

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